Suerte.
"La suerte no es que haciendo zapping encuentres que tu película
favorita está a punto de empezar o que
te devuelvan más dinero del correspondiente cuando haces una compra, o que todos
los semáforos se pongan en verde cuando tienes mucha prisa. La suerte es que
una noche de domingo los dos nos desvelemos y nos demos la mano para intentar
dormirnos al mismo tiempo.
La suerte no es que no se envie ese email cargado de
insultos que no deberías enviar o que encuentres cinco euros en los
pantalones, ni tampoco lo es encontrarte con un viejo amigo por la calle y
volver a casa a las cuatro de la mañana. La suerte es tropezarme contigo en el
baño mientras nos lavamos los dientes. La suerte no es encontrar algo decente en las rebajas, ni
tampoco lo es acertar bien con el punto de la carne, ni la suerte es descubrir
cafeterías donde sirvan café decente, ni como tampoco es suerte encontrar la
página exacta que estás leyendo cuando se te cae el marca páginas. La suerte,
como me has demostrado, es poder prepararte el desayuno cada mañana. La suerte no es acertar la Quiniela ni sacar dos veces cara
en tres intentos, la suerte no es acertar con un regalo, como tampoco lo es que ese plato que se me acaba de caer no se rompa, al igual que
tampoco es suerte que metas un pelota de papel en la papelera mientras piensas
aquello de “si meto canasta...”. La suerte, tal y como he aprendido a tu lado,
es que me robes los calcetines para estar por casa y que no me importe.
Por que la suerte no es haberte encontrado sino que lo es el que permanezcas junto a mí. La suerte es que nuestros caminos se cruzaran en el momento más inoportuno y en el infierno más insospechado. La suerte es que tengamos gustos musicales tan distintos, que a ti te gusten las películas de acción y a mí solo me entretengan los documentales. La suerte es llenar de libros las estanterías. La suerte es el haber pasado frío por las calles y ahora tener calor por las noches. La suerte es tener que aprender que las azaleas son plantas muy agradecidas que necesitan mucha agua solo porque tener la casa llena de plantas y flores te hace feliz. La suerte es prepararte mil veces mal el café y que a ti no te importe que me deje la taza del mío una semana encima de la mesa. La suerte es que no te importe que sea tan despistado y que a mí no me importe vivir en unos grandes almacenes. La suerte es que cambiaras todo mi armario. La suerte es que todos los días se me ocurran palabras distintas para decirte la suerte que tengo porque estemos juntos".
Ella le dijo, mientras reía, que menuda suerte que el plato no se rompiera. Él simplemente posó su mirada en la suya y le dijo que la palabra suerte, gracias a ella, había tomado para siempre otro significado.
Mi suerte, le dijo, eres tú.
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