Hoy no es el futuro

Comenzó el otoño hace unas semanas pero solo hace unos días reparé conscientemente en la caída de la hoja. Estaba sentado en un banco de una avenida cualquiera y la hoja de un árbol se posó en mi cabeza. Lejos de molestarme, porque últimamente me molesta todo,  pensé “vaya, parece que ya empieza de verdad”. No sé si ahora comenzarán las lluvias (que lleguen ya, por favor) y llegará el frío, porque parece ser que lo del cambio climático es verdad y que está aquí para quedarse. Sea como fuere, me apetece un poco de fresco, el buen tiempo como que ya me molesta un poquito.


El caso es que no quiero hablar del tiempo, porque no sé nada del tema ni tampoco estamos tú y yo en un ascensor. La cuestión es que ayer me vino a la cabeza una frase, mientras paseaba también por un parque cubierto ya de otoño, que no soy capaz de quitarme de la cabeza. Hoy no es el futuro. Curiosa, ¿verdad? Y mucho mejor sería si supiese qué me quiere decir.

Hoy no es el futuro, frase que me repito incluso mientras la escribo. Hoy no es el futuro. Es bonita,  curiosa, distinta, espontánea, indeterminada y ambigua, pero tampoco sé muy bien qué quiero decir o expresar con ella. Seguro que a todos nos pasa, que pensamos algo que nos encanta pero que no sabemos muy bien por qué ni qué podemos hacer con ese pensamiento. Hoy no es el futuro puede servir para decir que los coches no vuelan, por ejemplo, o que no hay planetas colonizados por la raza humana, ni que unas píldoras han sustituido el placer de comerse un buen filete de ternera gallega con patatas fritas. Hoy no es el futuro sirve para decir que ahora desde nuestro reloj podemos proyectar una pantalla e interactuar con ella como en Minority Report. Por cierto, ¿os habéis fijado en que Tom Cruise solo corre y sufre en sus películas? Pobre hombre. En fin.

Hoy no es el futuro no sé muy bien qué expresa, pero quizá puede servir para decir que lo que nos prometieron cuando éramos niños no es real, porque hoy sí es realmente el momento futuro de aquel niño que fuimos y nos sale más rentable seguir siéndolo. Hoy no es el futuro puede usarse para decir que todavía no es el momento de expresarse libremente y decir lo que se piensa sin que nos tiremos piedras o nos demos de hostias. Hoy no es el futuro quizá sirva para asegurar que vivimos una realidad que ni mucho menos es el futuro que esperábamos, que vivimos bajo algunas condiciones (aquí el lector puede incluir lo que le parezca) que poco o nada llaman a ilusión, que tenemos dificultad para volar libres, que no quizá no tendremos pensiones, que a los que deciden las cosas importantes (y que nosotros hemos elegido, aunque no siempre acertemos) en realidad no les importa que hoy no sea nuestro futuro y que mañana sigamos pensándolo de la misma manera. Hoy no es el futuro seguro sirve para afirmar que hay heridas que aún no han cicatrizado y que no lo harán y que hay otras que se van abriendo. Hoy no es el futuro nos sirve para decir que Madrid y Barça siguen siendo los que mandan y que el fútbol ya no es lo que era. Hoy no es el futuro puede que nos sirva para decir que, en versión romántica y positiva y que por suerte, ningún cacharro acabará con la magia de leerse un buen libro en papel. Hoy no es el futuro seguramente nos sirva para afirmar que nada sustituye ni sustituirá al amor ni al contacto entre pieles. Hoy no es el futuro puede servirnos para expresar que nos sentimos engañados, puede convertirse en un grito de guerra que se escriba en paredes de todo el mundo y que se grite en manifestaciones. Hoy no es el futuro quizá se convierta en un estilo de vida.

De verdad que no sé muy bien para qué podría utilizar esta frase, pero nadie me negará que, al menos, nos hace pensar, que tampoco es una tarea de la que podamos prescindir. ¿Será que hoy no es el futuro nos sirve para, como dijo el poeta, decir que hoy es siempre todavía y que quizá mañana será ya tarde para cumplir las promesas?

Creo que para lo que mejor nos puede servir esta frase es para decir que hoy es lunes otra vez y que tampoco hoy es el futuro porque hoy muchas cosas, aunque nos duelan, siguen igual que siempre. Y que mañana, seguramente, todo seguirá igual.

Comentarios