Hablando de instantes.

                Si me lo permites te haré una pregunta. Algo rápido, sé que tienes prisa, sé que no tienes tiempo para nada. Piensa en esto mientras te sirven el café. Si te diesen la posibilidad de volver a vivir un momento de tu vida, ¿cuál sería? ¿cuál elegirías? ¿Con cuál te quedarías?
                  Quizá el primer beso. O el segundo. El que está a tu lado  quizá elegiría la primera palabra que salió de la boca de su hijo. Es posible que la chica que bebe un zumo escogiera, en todos los momentos de su vida, el día en el que pagó por primera vez con tarjeta y se hizo mayor de repente.
                  Me pregunto qué cumpleaños le gustaría volver a vivir al señor trajeado que acaba de llegar, o mejor aún,  si volvería a pedir los mismos deseos que ha pedido. ¿Tú no te preguntas si la mujer de la limpieza  tendría cada noche los mismos sueños, las mismas ilusiones o si volvería a cometer algún error del pasado el señor aquel que lleva un buen rato mirando la misma página del periódico?
                  Rápido, ya viene la camarera, tenemos poco tiempo. ¿Lo has pensado ya? ¡Venga, ya se acerca, ya puedo oler el café! Vaya, ahí está.  Time out.
                  Sé que no te interesa, pero si me lo preguntaras, elegiría el momento en el que aprendrí a escribir, aquel momento en que unos irregulares trazos torpemente dibujados a lápiz tuvieron sentido. Y lo viviría de nuevo porque a fin de cuentas me define, al igual que tu vivirías de nuevo el momento que quisieras porque de alguna manera te define. Porque la vida está hecha de momentos y cualquiera puede tener el privilegio de ser revivido al menos una vez.
                  Aunque ahora que te miro caigo en la cuenta de que quiza ya hayas elegido este momento, este preciso instante para revivirlo una y otra vez. ¿O acaso piensas que no me he dado cuenta de cómo la miras, de cómo la sonries cuando te da los buenos dias y te pregunta si quieres café? Eso es lo que ahora te define, incluso para mi que solo te conozco de tomar café todos los dias a la misma hora y en el mismo bar. Ahora eres un hombre enamorado que derrama tímidas sonrisas en esta barra y que no aguantaría un solo dia sin verla. Porque eres un hombre enamorado y eso, la pasión justificada, es lo que nos define.
                  Porque amemos lo que amemos, cuando lo hacemos cualquier momento es único y por eso pretendemos convetirlo en rutina, en algo que nos compañe en nuestras pequeñas historias de todos los dias.
                  No te pregunto si mañana volveremos a vernos porque ya  sé la respuesta. Porque sé que mañana a esta misma hora volverás a vivir este momento. Porque sé que mañana querrás vivir lo mismo.

                  Tu gran historia de todos los dias.

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