Sonrisa ausente
Era realmente preciosa.
Y lo sigue siendo, aunque no esté, aunque cada vez aparezca menos. No sé muy
bien por qué ha desaparecido, por qué se ha marchado, el caso es que hoy me he
dado cuenta de que la echo de menos. Era preciosa, espectacular, una delicia.
Era lo que necesitaba. Se me hace muy difícil pensar que tendría que decirle
adiós. Significaba tanto para mi. Significa todo para mi.
Cuando aparecía
conseguía que mis miedos se fueran, los expulsaba, convertía en primavera
cualquier día del año, era capaz de despertar en mí una confianza que no sabía
que tenía. Me hacía fuerte, me hacía poderoso, me hacía creer que podría
conseguir cualquier cosa. Me completaba. Me curaba. Es curioso como algo tan
simple, tan pequeño pudiera tener tanto poder. Ahora ya no está y me lamento de
solo haberla disfrutado, de no haber guardado en la memoria sus mejores
momentos para cuando desapareciera. Pero, ¿quién podría pensar que algún día se
marcharía?
Era hipnótica. Me
pregunto si lo seguirá siendo. Lo era todo para mi. Me contagiaba su buen
humor, aunque para ella aquel fuese un dia difícil. Me daba tranquilidad. Era
calor cuando tenía frio. Estaba siempre presente, incluso en esos días en los
que le costaba estar pero estaba, lo hacía, se esforzaba y me daba la vida que
necesitaba y me hacía sentir importante porque pensaba que ella estaba ahí por
mi. Y que no estaría ahí sin ella. Y yo creyendo que con mirarla era
suficiente. Pero, ¿Cómo pensar que algún día, sin más, se iría?
Y ahora desapareció sin
despedirse siquiera, sin decirme nada. Simplemente se ha ido. Y no sé si
volverá. Y no sé si cuando vuelva estaré
delante para verla de nuevo. Y es ahora que la imagino, ahora que no la tengo
delante, que se me ocurren todas las frases posibles para agradecerla que
siempre estuviera ahí, todas las palabras para decirle cuánto la necesito.
Ahora que no está se me ocurre de golpe todo lo que nunca le dije, todo aquello
que seguramente hubiese hecho que jamás se hubiera marchado”.
Le preguntó en qué estaba
pensando. Le respondió que en su sonrisa.
Precisamente ahora que ya
no estaba, que hacía tiempo que se había marchado. Justo hoy que se dió cuenta
de lo mucho que la necesitaba.
Precisamente
por eso pensaba en ella.
Comentarios
Publicar un comentario